A falta de goles, buenas son huachitas

Hace unas semanas una amiga me dijo que le diera una segunda oportunidad al futbol peruano, que en verdad no era tan malo como yo decía. "Pobre diabla" pensé, e inmediatamente la cogí del cogote y la agarré a cachetadas para ver si se arrepentía de lo que había dicho, la muy infeliz.

Pero mientras mi mano sacudía su cara, y observaba su gesto turulato de tanto ir y venir, algo cambió en mi interior. Un inesperado orgullo nacional empezó a hincharme el pecho. La sangre comenzó a viajar con violencia a través de mi blanquirojo corazón y las palabras de aquella condenada empezaron a tener sentido en mi confundida cabecita. Entonces, en un arranque de esoterismo, me dije: "¿Por qué no darle una segunda oportunidad al Descentralizado?". Y a mi mente empezó a llegar el recuerdo de todas esas cosas lindas de las que está hecho nuestro balompié:

La hazaña de nuestra selección en las Olimpiadas de Berlín (fundamental para la derrota nazi en la Segunda Guerra); los goles de Cachito en la Bombonera; el tiro libre a tres dedos de Cubillas contra Escocia; las escapadas del Cholo Sotil de las concentraciones del Barcelona para jugar con la selección; otro vez un gol con de Cubillas contra Escocia en el mismo partido; las copitas de Toto Terry antes cada partido; nuestras dos Copas Américas; Uruguay 30, México 70, Argentina 78, España 82; Lolo rechazando un cheque en blanco del Colo Colo; el Capitán de América (porque Chumpi era un héroe de verdad); Franco Navarro haciendo el mejor gol de todos a Chile (revivido en comercial de Dencorub), y sobre todo ¡¡¡Cesar Cueto!!! (el poeta de la zurda).

Pero por qué tenemos que vivir del pasado. Porque seguir a la sombra de lo que ocurrió hace más de veinte años ¿Acaso los jugadores contemporáneos no tiene cosas lindas que recordar?:

La hazaña de los peruanos en Berlín (pero en fulbito callejero); el gol del Chorri contra Argentina (y los tres que nos encajan de vuelta); Cachito… ¿Cachito, el que me como en el desayuno será?; los tiros libres de Marquinho (aguanta, él no era peruano); Las escapadas del Cholito Sotil de la concentración para traer más trago; otra vez los tiros libres de Marquinho (al menos Tempone se nacionalizo); los tragos de Chiquito Flores antes del partido (y después también); nuestras copas... llenas de chela ("mozo, dos más"); Italia 90, EEUU 94, Francia 98, Japón Corea 2002, Alemania 2006 (porque los que vamos de paseo también nos divertimos); los cheques en blanco que rechazó el Gordo Gonzales (él los quería con monto y firma); el Capitán América (este si es el de ficción); el 0 a 4 en Chile (que nadie quiere revivir)… ¡¡¡el Puma Carranza!!! (¿habrá leído poesía alguna vez?).

Ya ven ¿y después por qué uno les pega? Bueno, al menos con Cienciano nadie podrá quitarnos lo bailado, que fue poquito pero pegadito.

PD: Yo no le pego a las mujeres, solo a la pelota.
(Foto cortesía de Arkiv).